EDUCACION EMOCIONAL NIÑOS.
Cómo manejar la ira y frustración de nuestros
niños
Los niños necesitan experimentar la frustración y
tener un modelo de referencia para saber cómo actuar ante determinadas situaciones
de su día a día.
¿Cómo podemos ayudar a un niño a manejar su ira y frustración?
Pues bien ,la ira y el enfado son sentimientos útiles y necesarios tanto en
niños como en adultos. Es bueno para superar miedos, pero mal gestionada, la
ira puede llevar a situaciones de agresividad muy difíciles de controlar.
La ira no siempre es negativa y aparece cuando algo se
interpone entre una persona y sus objetivos. También se presenta cuando alguien
considera que algo es injusto. Es importante comprender que todas las emociones
son útiles y necesarias y que debemos de aprender a identificarlas y darles
nombre. El principal objetivo de nuestras emociones es avisarnos de que algo debe cambiar y motiva a la persona a detener
aquello que considera injusto o le causa malestar. Para ello, disminuye el
miedo y aporta la energía necesaria para actuar.
La ira en si no es un problema, pero mal gestionada
puede ser peligrosa por lo que nuestros niños necesitan un modelo de actuación (referente) y por lo tanto.los mayores debemos de ayudarles en este
proceso fundamental y ser un modelo de imitación en la expresión y el manejo de las
emociones.No se puede pretender que no se comporten de manera
agresiva si los tratas con agresividad.
Otra de las emociones que muchos niños deben de
experimentar es la frustración. Puedes darles todo lo que necesitan, pero no
todo lo que piden. No es aconsejable satisfacer todos los deseos del niño. Debe
experimentar la frustración para aprender a manejarla.
Como educadora recomiendo siempre facilitarles alternativas para actuar,
como por ejemplo pedir ayuda, distraerse, expresar verbalmente su malestar o
tener un lugar donde acudir cuando se sienta enfadado. Es muy importante hacerle ver tu satisfacción y
orgullo cada vez que resuelva su conflicto sin acudir a la violencia.
Mamas y papas nunca hay que ceder a los deseos del
niño ante una rabieta, de ese modo pensara que esa es la manera de conseguir lo
que desea. No respondas con más violencia y no le digas como se debe sentir.
Evita las frases tipo:” Vete a tu cuarto y no salgas hasta que se te quite esa
cara de mal genio”. Con esto conseguirás que a su enfado inicial se sume la
culpa por sentir algo que no debe y también rabia e impotencia.Al contrario hay que mostrar comprensión con su
enfado y darle la parte de razón que pueda tener.
Las agresiones hacia los demás niños deben de tener
consecuencias y no se deben de pasar por alto pero debemos de estar muy atentos
porque en ocasiones el niño que hace daño o hace sentir mal a los demás es un niño que se
siente mal. Puede que esta sea su manera de pedirte ayuda.
Debemos recordar que nuestros niños de edades tempranas no saben identificar sus emociones y a lo que nosotros llamamos de forma espontanea alegría, tristeza o furia. Nuestros niños perciben estos sentimientos de una forma muy abstracta y desconocida, por lo que, su forma de demostrarlo y expresarlo es mediante conductas agresivas o rabietas. Por ello,es importante ayudarles en este proceso y darle todas aquellas pautas y modos de actuación necesarios.
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